Hoy me levante contenta. Lo note yo y lo notaron otros. Me dijeron que mis ojos estaban brillantes y que una sonrisa me bailaba en la cara. No se equivocaban. Me sentía, de hecho me siento, feliz.
Aún
hay cosas que todavía no logro terminar de asimilar. Y creo que por primera
vez, es algo que no me termina de fastidiar. Aunque es un poco molesto estar en
guerra continúa con mi cerebro.
Por
un lado necesito saber. Y esa necesidad es tan grande que hay veces que siento
manchado el animo. Por otro lado, disfruto de este nuevo estado atemporal donde
fluyo libremente.
Y
creo que esta nueva conciencia de vivir el presente es lo que me hace sonreír
Claro, también están las personas a las que amo. Y aquellas que empiezan a ganarse
un lugar en mi corazón.
Supongo
que estoy aprendiendo a ver la magia que flota en el aire y se esparce por el mundo. Esa que juega a ser el viento y
acaricia las copas de los árboles y hace bailar a las hojas caídas que cubren
el suelo. Por la que viajan los suspiros y los silencios.
Y
creo que quede maravillada del ciclo de la vida cuando vi, después de muchos
años, una mariposa que paso volando frente a mi. Era chica y con las alas de un
amarillo intenso y opaco, con las puntas de un marrón oscuro y un naranja
apenas perceptible.
Y
ese instante se me hizo eterno. Deje de caminar y la mire flotando, lenta y magistralmente.
Y volví a tomar consciencia de la importancia de las cosas. No del kaos de la ciudad,
de la gente fastidiada, del reloj que nos apura, de la economía que empieza a caer
estrepitosamente.
Me di
cuenta que no hay nada que me impida llegar a lo que quiero, salvo yo. Que las
cosas que me hacen bien me hacen reír de verdad, desde adentro, desde el
corazón. Que mis sueños no están rotos o perdidos. Y que el amor sigue impulsándome,
aunque por momentos no quiera verlo.
La
mariposa se fue pero me dejo el recuerdo de lo que yo había perdido. Y doy
gracias por eso.
¿Es
ese momento de claridad lo que nos espera en este día tan comentado como el fin
del mundo? Creo que es un principio, y los comienzos son algo grandioso.
Tenemos la hoja en blanco frente a nosotros, ahora solo es cuestión de empezar
a llenarla de colores, palabras y sueños.
Después
de todo, todo es posible.
XXX
Nova Moebius.