viernes, diciembre 21

Vuelos y sonrisas


Hoy me levante contenta. Lo note yo y lo notaron otros. Me dijeron que mis ojos estaban brillantes y que una sonrisa me bailaba en la cara. No se equivocaban. Me sentía, de hecho me siento, feliz.

Aún hay cosas que todavía no logro terminar de asimilar. Y creo que por primera vez, es algo que no me termina de fastidiar. Aunque es un poco molesto estar en guerra continúa con mi cerebro.

Por un lado necesito saber. Y esa necesidad es tan grande que hay veces que siento manchado el animo. Por otro lado, disfruto de este nuevo estado atemporal donde fluyo libremente.

Y creo que esta nueva conciencia de vivir el presente es lo que me hace sonreír  Claro, también están las personas a las que amo. Y aquellas que empiezan a ganarse un lugar en mi corazón.

Supongo que estoy aprendiendo a ver la magia que flota en el aire y se esparce  por el mundo. Esa que juega a ser el viento y acaricia las copas de los árboles y hace bailar a las hojas caídas que cubren el suelo. Por la que viajan los suspiros y los silencios.

Y creo que quede maravillada del ciclo de la vida cuando vi, después de muchos años, una mariposa que paso volando frente a mi. Era chica y con las alas de un amarillo intenso y opaco, con las puntas de un marrón oscuro y un naranja apenas perceptible.

Y ese instante se me hizo eterno. Deje de caminar y la mire flotando, lenta y magistralmente. Y volví a tomar consciencia de la importancia de las cosas. No del kaos de la ciudad, de la gente fastidiada, del reloj que nos apura, de la economía que empieza a caer estrepitosamente.

Me di cuenta que no hay nada que me impida llegar a lo que quiero, salvo yo. Que las cosas que me hacen bien me hacen reír de verdad, desde adentro, desde el corazón. Que mis sueños no están rotos o perdidos. Y que el amor sigue impulsándome, aunque por momentos no quiera verlo.

La mariposa se fue pero me dejo el recuerdo de lo que yo había perdido. Y doy gracias por eso.

¿Es ese momento de claridad lo que nos espera en este día tan comentado como el fin del mundo? Creo que es un principio, y los comienzos son algo grandioso. Tenemos la hoja en blanco frente a nosotros, ahora solo es cuestión de empezar a llenarla de colores, palabras y sueños.

Después de todo, todo es posible. 

XXX

Nova Moebius.

jueves, noviembre 29

Verdades

Considero que hay que decir lo que hay que decir. Nada de quedarse callados. Entiendo –porque no soy tonta- que hay un momento y un modo. No se puede decir algunas verdades así como así.

Pero lo cierto es que muchas veces, la boca nos traiciona. O el cuerpo. ¿No sienten  que hay veces que  el corazón les palpita en todo el cuerpo? Esa necesidad de decir, de sacar afuera eso que les lleva tanto tiempo quemando las venas.

Lo más –retorcidamente- gracioso es que la mente nos dice no. Y no es que no la escuchamos, no. Directamente apartamos esa vocecita molesta y nos salimos con la nuestra.

¿El horror?

No. Tanto no. No veamos el vaso medio vacío. Muchas veces esos impulsos nos traen cosas buenas. Demasiado. Después nos reímos del autosufrimiento en el que nos obligamos a estar y con la sonrisa de suficiencia en la cara nos vamos a dormir imbuidos en la felicidad.

Pero hay veces que solo queremos que la tierra nos trague y dar vuelta el reloj de arena. Que todo vuelva al mismo orden que estaba antes. Bueno, hoy no es totalmente uno de esos días… Pero se acerca.

Lo única diferencia es que yo soy dura y difícil de roer. Ya me caí y ya me levante muchas veces. Calculo que eso hace que en vez de lo que en otro tiempo fuera un golpe certero, hoy me cause una extraña añoranza de ese sentimiento que llamaba tristeza.

Todavía siento, y creo que en demasía. El tema es que hay cosas que prefiero dejar de lado y concentrarme en las cosas buenas. Después de todo, no quiero repetir historias.

Pero si, hay veces que me pregunto que hubiese pasado si… Obviamente me detengo ahí. Ya estoy grande para estar contemplando posibilidades que seguramente en otros mundos se convirtieron en realidades. Así que en parte, sonrió por mis otros yo y les deseo lo mejor, después de todo, por algo tome otras decisiones.

XXX

Nova Moebius

miércoles, noviembre 28

Desafíos.

Volver a empezar siempre es difícil. Más si no estaba dentro de nuestros planes. Sin embargo, no importa cuanto nos caemos, aún así nos levantamos y seguimos intentando.

Talvez se deba a porque somos parcos, caprichosos y no aceptamos un no. Personalmente, me debato entre dos opciones. Creo que vale la pena vivir el desafío, arriesgarse y ver que pasa… Pero por otro lado, también me gusta pensar que lo hacemos porque confiamos. Que el impulso a seguir lo hacemos porque creemos que hay algo más, algo mejor.

Alguien me dijo hace poco que la única manera para evitar que el final sea el mismo hay que cambiar la historia… Bueno, la realidad es que esa no es la frase exacta, pero el punto se entiende. Así que cuando me encontré en el mismo punto, llorando y puteando por lo mismo, me hice esas preguntas fatales: ¿Qué quiero, y cómo lo quiero?

Obviamente, en ese momento no estaba pensando con tanta claridad y mucho menos tenía la mente despejada. Digamos que el pensamiento en frío, en mi caso, viene con el tiempo. El análisis posterior. Pero volviendo, el paso estaba dado, las cartas sobre la mesa y la ronda no había terminado.

Si hoy alguien me pregunta cómo me fue, le respondería con la verdad. Que todavía estoy juntando los pedazos de mi. Porque si, el cambio fue tan grande que me rompí en miles de pedazos y ahora la tarea consiste en encontrarlos y volver a armarme.

¿Dolió? Si. Como el infierno. Pero no hay cambio real si no las modificaciones no son de raíz. Ahora estoy volviendo a respirar.

Y créanlo, esto es una experiencia que vale la pena vivir.

XXX

Nova Moebius.